Hay días, breves días, en los que ser racional no me sirve de nada.
Y me ataca una guturalidad feroz, en que me siento sola, triste, enojada. Y extraño. a quien? casi a quien se atraviese por mi mente. Comienzo a evaluar todas mis relaciones, y me pregunto si los afectos que tengo no representan algo más. Si quizás extrañarla a ella ayer significó algo, si pensar en los abrazos de otra significa algo, si quizás no querer estar con nadie significa que mis votos deben ser permanentes.
En días como hoy mi futuro se vuelve una certeza más grande que mi presente. Ya quiero que llegue mañana.
domingo, 20 de octubre de 2013
jueves, 17 de octubre de 2013
El desequilibrio
Hoy me pregunto, como no ha sido usual en los últimos meses, qué es exactamente lo que quiero y busco- pero no busco-.
Hay una parte de mí que siente algo enorme en el pecho, en la mente. Esa parte de mí quiere dedicarse entera, y amar, y abrazar, y cuidar de alguien que disfrute de mis abrazos.
La otra parte de mí, la otra parte de mí es bastante ermitaña, y no quiere compartir su tiempo ni pensamientos con nadie, y encuentra de ninguna parte miles de contras cuando alguien comienza a acercarse a mí.
Y ahí me debato, entre los abrazos de mi novia falsa, a quien mi parte amorosa le ha descargado su atención con el fin de no desbordarme de esos sentimientos. Entre eso y la poca paciencia o mi sobreexigencia con las demás.
Trato de ser lo mejor que puedo ser, pero comienzo a cuestionarme si los votos que tomé no se volverán permanentes en el intento.
Hay una parte de mí que siente algo enorme en el pecho, en la mente. Esa parte de mí quiere dedicarse entera, y amar, y abrazar, y cuidar de alguien que disfrute de mis abrazos.
La otra parte de mí, la otra parte de mí es bastante ermitaña, y no quiere compartir su tiempo ni pensamientos con nadie, y encuentra de ninguna parte miles de contras cuando alguien comienza a acercarse a mí.
Y ahí me debato, entre los abrazos de mi novia falsa, a quien mi parte amorosa le ha descargado su atención con el fin de no desbordarme de esos sentimientos. Entre eso y la poca paciencia o mi sobreexigencia con las demás.
Trato de ser lo mejor que puedo ser, pero comienzo a cuestionarme si los votos que tomé no se volverán permanentes en el intento.
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