Un poco de miedo y un poco de ansias.
Voy a Valdivia, no voy sola, pero voy, y ahí es donde comienzan todas esas emociones que me hacen sentir semiadolescente, pensar que me pueda topar contigo, o verte.. me mata..
En serio todavía me sorprende lo que me produces.
Decidí dos cosas, la primera, contarle a mi amiga lo que me sucede, necesito algún tipo de consejo, aunque sea solo un reto gigante. Segundo, se acabó, no puedo más, la otra noche peleamos -con ella- y después de un giro inesperado hubo una suerte de reconciliación, se acercó buscando un beso mío, y no pude, simplemente no pude, me sentí la peor mujer de la vida, la besé en la frente y se me escapó una lágrima.
No sé si es mejor que una de las dos esté feliz -ella en este caso-, o por sentirme más liberada la haga sentir mal, y así ninguna de las dos sería completamente feliz, aunque tampoco me sentiría miserable.
¿Me sacrifico yo? ¿O la sacrifico a ella por mí?
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