Sola, leyendo cosas del pasado, comencé a pensar, pensar cosas que no debería pensar, lo bueno? cuando lo pensé, no eras tu.
Hablé con otra amiga más, le comente la situación y luego de varias preguntas me dijo: Quizas solo te sientas así con ella, porque no hay nadie más por quien sentirlas. - Tuvo sentido en mi mente- y luego de miles de desvaríos, risas y recuentos, me repitió el mismo consejo, me dijo: Sé firme. Y se fue.
No se si quiero verte aún, aunque definitivamente quiero entregarte tu regalo, palabras.. no es necesario intercambiar.
Pronto, cuando ya haya dicho con voz firme lo que he dicho muchas veces de manera suave, podré con pasos como hoy, desalojarte de mi mente.
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