Cada final en la vida lleva a un nuevo comienzo; y realmente nadie muere de amor. Como no voy a saberlo.
La lejanía esta rindiendo frutos y lentamente la imagen de tu rostro se desvanece de mi mente, quisiera poder asegurar que es permanente pero ya me he visto recayendo.
Soñé contigo la otra noche, un encuentro sorpresivo en un lugar antiguo para mí, una larga caminata y desaparecías en un lado del camino. Me pregunto si significaría algo. Si los besos embriagados que me han robado ahora te han puesto de lado. Hubiese pensado que iba a aprender de tus besos olvidadizos, pero no; sigo cayendo en esos juegos.
Ya no puedo decir que te recuerdo tanto como antes, o que tu presencia me pone nerviosa, mis procesos, aunque absolutistas, parecen ser efectivos. Tampoco puedo decir que ofreciste mucha resistencia.
Ocuparé acaso un minuto de tu memoria?
Un día me cuestioné que tan terrible fue para tí lo que para mí resultó tan especial. Que tan atroz fue besarme, o amanecer conmigo en ese abrazo. Es una lastima pensar que sólo soy un número más para tu ego desdichado porque no soy lo que te gusta.
Me quedo con mi memoria de los buenos momentos.
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